sábado, 30 de abril de 2011

¡¡¡ nuevo TEXTO!!!

Perdón chicos. El texto que quiero que comenteis para el lunes es este del Fuero de los españoles, de momento, dejamos los que os entregué el viernes.

FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE, CAUDILLO DE ESPAÑA, JEFE DEL ESTADO Y GENERALÍSIMO DE LOS EJÉRCITOS DE LA NACIÓN:

Por cuanto las Cortes Españolas, como órgano superior de participación del pueblo en las tareas del Estado, según la Ley de su creación, han elaborado el FUERO DE LOS ESPAÑOLES, texto fundamental definidor de los derechos y deberes de los mismos y amparador de sus garantías (…)
TÍTULO PRELIMINAR.
Art. 1. El Estado español proclama como principio rector de sus actos el respeto a la dignidad, la integridad y la libertad de la persona humana, reconociendo al hombre, en cuanto portador de valores eternos y miembro de una comunidad nacional, titular de deberes y derechos, cuyo ejercicio garantiza en orden al bien común.
TÍTULO PRIMERO.
Art. 2. Los españoles deber servicio fiel a la Patria, lealtad al Jefe del Estado y obediencia a las leyes.
Art. 3. La ley ampara por igual el derecho de todos los españoles, sin preferencia de clases ni acepción de personas.
Art. 4. Los españoles tienen derecho al respeto de su honor personal y familiar (…)
Art. 5. Todos los españoles tienen derecho a recibir educación e instrucción y el deber de adquirirlas, bien en el seno de su familia o en centros privados o públicos a su libre elección (…)
Art. 6. La profesión y práctica de la Religión Católica, que es la del Estado español, gozará de la protección oficial.
Nadie será molestado por sus creencias religiosas ni el ejercicio privado de su culto. No se permitirán otras ceremonias ni manifestaciones externas que las de la Religión Católica.
Art. 7. Constituye título de honor para los españoles servir a la patria con las armas.
Art. 8. Por medio de Leyes y siempre con carácter general, podrán imponerse las prestaciones personales que exijan el interés de la Nación y las necesidades públicas.
Art. 9. Los españoles contribuirán al sostenimiento de las cargas públicas según su capacidad económica (…)
Art. 10. Todos los españoles tienen derecho a participar en las funciones públicas de carácter representativo, a través de la Familia, el Municipio y el Sindicato (…)
Art. 11. Todos los españoles podrán desempeñar cargos y funciones públicas según su mérito y capacidad.
Art. 12. Todo español podrá expresar libremente sus ideas mientras no atenten a los principios fundamentales del Estado (…)

Dado en El Pardo el 17 de julio de 1945. FRANCISCO FRANCO.

RESUMENCILLO...

EL PRIMER FRANQUISMO (1939-59):
Fundamentos ideológicos:
- NACIONAL PATRIOTISMO. Visión unitaria y tradicionalista del Estado.
- NACIONAL SINDICALISMO. Identificado con la FET. Paternalismo, propaganda, sindicalismo vertical.
- NACIONAL CATOLICISMO. La religión como algo consustancial al Estado.
- Evolución política:
ETAPA AZUL (1939-45). Hegemonía de Falange Española. Fascistización del Estado. Ley de Cortes (1942): Cortes Corporativas, de carácter consultivo./Apoyo al régimen de Hitler hasta 1943 (División Azul)./ Declive de la falange a raíz del caso Begoña.
NACIONAL CATOLICISMO (1945-57). Después de la II GM aislamiento (fuera del Plan Marshall y de la ONU. Solo apoyo relaciones con Argentina y Portugal). Tras el inicio de la GUERRA FRIA apoyo norteamericano: vuelta de embajadores (51), Concordato y acuerdos con USA (53), Ingreso en la ONU (55).
El Nacional-catolicismo en el poder. Se reduce la influencia de Falange a favor de militares y catolicos para ganar el favor internacional. Consolidacion de las estructuras del Estado con tres leyes fundamentales: Fuero de los Españoles (democracia organica), Ley de Referendum, Ley de Sucesion (reino catolico, social y representativo).
Crisis del 56 y ascenso de los tecnocratas al gobierno (frente a liberales y falangistas): LOPEZ RODO, ALBERTO ULLASTRES Y NAVARRO RUBIO.
EVOLUCION SOCIOECONOMICA Y OPOSICION AL REGIMEN.
1) AUTARQUIA Y PRIMEROS INTENTOS LIBERALIZADORES (1939-51).
Autosuficiencia como consecuencia de la II Guerra Mundial y del cerco internacional despues de esta.
Politica agraria centrada en la recuperacion de la produccion : Instituto Nacional de Colonizacion, Patrimonio Forestal del Estado, Servicio Nacional de Concentracion Parcelaria, Servicio Nacional del Trigo, Comisaria de Abastecimientos y Transportes.
Politica industrial. Bases legales para la industrializacion del pais: proteccion y fomento, y, ordenacion y difusion de la industria nacional., Creacion del INI en 1941 (intervencionismo estatal). Tres efectos:
. Se potencio la industria ligera frente a la media y pesada.
. Se favorecio la tendencia a los monopolios.
. El Estado se convirtio en el principal inversor.
Inicios de liberalizacion, como consecuencia de la ayuda americana tras la Guerra de Corea: Asistencia americana. Tras el ingreso en la ONU Liberalizacion del mercado.
2) PLAN DE ESTABILIZACION. Julio del 59. Diseñado por los ministros tecnocratas:
. Reduccion de los gastos del Estado.
. Desaparicion del control del Estado sobre las actividades economicas.
. Apertura a los mercados exteriores.
3) OPOSICION AL REGIMEN.
Ilegal: Republicanos exiliados y del interior (Junta Española de Liberacion), Nacionalistas, Maquis.
Tolerada: monarquicos: Pacto de San Juan de Luz con los socialistas.

Tema 10 EL PRIMER FRANQUISMO (1939-59)

A) FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS Y EVOLUCIÓN POLÍTICA.
El 1 de abril de 1939 concluye la Guerra Civil y con ella la II República. El rumbo que seguiría España, a partir de abril de 1939, comenzaría a clarificarse pocos días después con los festivos ceremoniales del 19, 20 y 21 de mayo, donde lo militar, lo político y lo religioso se mezclaban de tal manera que serían difícil de separarlos de aquí en adelante, al menos en los treinta y cinco años que duraría la nueva situación.
Por eso mismo resulta difícil definir el nuevo régimen que dijo de sí mismo ser tradicionalista y católico, más tarde se definió como una democracia orgánica y finalmente como una democracia de desarrollo. Los historiadores han preferido identificarlo con una palabra: FRANQUISMO. Término que señala las peculiaridades del mismo: dictadura tradicional, militar, personalista y arbitral. Es decir, basada en fundamentos conservadores (menos radical que los fascismos), apoyada por el ejército, cuyo poder se concentra en la persona de Franco y conciliadora de las tendencias políticas –“familias”- vencedoras de la Guerra (monárquicos, falangistas, carlistas, etc.).

Las características del mismo se pueden resumir del siguiente modo.
Políticas:
1. Absoluta unidad nacional.
2. Hostilidad frente a liberalismo y comunismo.
3. Desaparición de algunos derechos adquiridos: soberanía popular, sufragio universal,…
4. Respaldo militar del ejército.

Ideológicas:
5. Exaltación del Jefe: Caudillismo. Con responsabilidad ante Dios y la Historia.
6. Identificación del Régimen con la Iglesia: Cruzada.
7. Institucionalización en torno a un partido único: FET de las JONS, constituido en Movimiento Nacional, cuya jefatura ostenta Franco.

Sociales:
8. Rechazo del sindicalismo de clase.
9. Base social oligárquica y de clase media.

Y dieron como resultado un régimen peculiar cuyas bases ideológicas serían:
a) El Nacional-patriotismo.
Principal aportación ideológica de los militares, es una visión unitaria y tradicionalista de España. Del espíritu militar provienen las ideas de jerarquía, disciplina, austeridad, autoritarismo, virilidad y fuerte represión que dominaron las distintas etapas de la dictadura.
b) El Nacional-sindicalismo.
Siguiendo el modelo del fascismo italiano representado por la Falange, el partido fascista español, que aportó un gran bagaje ideológico. Suyas son ideas como el hipernacionalismo, la ética de la violencia y represión, machismo (nunca se sentó una mujer en el Consejo de Ministro con Franco), la idea de España como un Imperio-, la
exaltación del líder, la dirección paternalista de la sociedad, la organización sindical en sindicatos verticales, el adoctrinamiento político de la juventud (OJE) y la mujer (Sección femenina), etc.

c) El Nacional-catolicismo.
El nacional catolicismo se traduce en la defensa de la religión y de la moral católica en sus versiones más tradicionales, como algo consustancial a la propia España. El catolicismo conservador es, quizá, la fuente ideológica que más surtió al franquismo. De ahí provino la moral, el tradicionalismo, el anticomunismo y el antiliberalismo. En la forma de vestir, de relacionarse, de casarse o de la educación se impuso la moral católica más conservadora. Este catolicismo ultraconservador buscó su legitimación histórica en el ambiente místico e inquisitorial del Imperio y en la Iglesia de la Contrarreforma.

1. La etapa azul. El régimen totalitario (1939-1945).
a) El auge de la hegemonía falangista.
El primer gobierno de la dictadura, por un lado, sigue las pautas de todos los gobiernos de Franco -participan todas las familias políticas del régimen-, pero por otro, en esta primera fase hay un predominio cualitativo y cuantitativo de la Falange, debido al papel de Alemania en la escena internacional y a la reciente guerra civil. El hombre fuerte de esa etapa es Serrano Súñer "el Cuñadísimo". La Falange alentó un programa de encuadramiento de la sociedad típicamente fascista, a través de los sindicatos verticales, el SEU, el Frente de Juventudes, la Sección Femenina y el control de gran parte de los medios de comunicación.
El 17 de julio de 1942 se promulgó la Ley de Cortes, la segunda de las Leyes Fundamentales (la primera, el Fuero del Trabajo, era de 1938) como otro paso más para institucionalizar el régimen. Eran una especie de Cortes Corporativas, al modelo de la Asamblea Nacional de Primo de Rivera. Las funciones de las Cortes serían más técnicas que políticas, siendo una fuerza de legitimación y apoyo.
b) España y la segunda guerra mundial.
Recién acabada la guerra civil empieza la segunda guerra mundial. En 1940 Franco
abandona la neutralidad y declara la no beligerancia, que en realidad equivalía a prebeligerancia.
Franco se reúne con Hitler en Hendaya en Octubre de 1940 y allí se acuerda que España declararía a guerra al Reino Unido para recuperar Gibraltar y ocupar territorios en el norte de África, pero la difícil situación española y el desarrollo de la guerra hizo que esa entrada no se hiciera efectiva. Lo que sí hizo España fue enviar la División Azul contra los soviéticos.
A partir de 1942 con la entrada de EEUU en la guerra se vio claramente que la derrota de las potencias del eje estaba clara. Franco empieza a cambiar de postura, ante el peligro que suponía su apoyo para su régimen. Así en 1943, se vuelve a la neutralidad y además empiezan una serie de cambios trascendentales para adaptarse a la nueva situación internacional y salvar su gobierno.
c) El inicio del declive falangista.
El cambio de la situación internacional y la oposición al predominio de la Falange por parte de la Iglesia y del ejército, hacen que Franco aproveche un incidente (el caso Begoña, donde hubo enfrentamientos entre falangistas y carlistas) para dar un rumbo nuevo a su gobierno.
Continuaron existiendo ministros miembros de todas las familias, pero la Falange
empezó a perder protagonismo, eso sí, nunca tanto que significará su desaparición. A partir de ese momento el protagonismo lo asumirían los católicos.

2. El nacional-catolicismo (1945-1957).
La derrota de las potencias del Eje (Alemania e Italia) modificaba definitivamente la orientación política del régimen mediante ciertos cambios institucionales y una ofensiva diplomática apoyada por la Iglesia que se convirtió en su gran apoyo internacional. A partir de la década de los cincuenta, estos cambios junto con las circunstancias internacionales de la guerra fría, dieron los frutos apetecidos,
consiguiendo la legitimación internacional y con ello la supervivencia de su régimen.

a) El aislamiento internacional y el fin de éste.
Después de la segunda guerra mundial se inició una campaña internacional que dejó aislada a España del mundo exterior. Los motivos no eran solamente la posición española en la segunda guerra mundial, sino también la propia guerra civil y, sobre todo, el régimen autoritario que existía en España.
Se retiraron los embajadores (sólo permanecieron los de Argentina, Portugal y el Vaticano), España quedó fuera del Plan Marshall, de la ONU y Francia cerró su fronteras.
A principios de los años cincuenta llegó el tan ansiado reconocimiento internacional,
motivado fundamentalmente por las circunstancias creadas por el enfrentamiento entre EEUU y la URSS; la guerra fría. En este contexto el catolicismo y el anticomunismo del régimen franquista le valieron para salir de ese aislamiento.
Volvieron los embajadores en 1951, España ingresó en 1955 en la ONU y sus organismos especializados (FAO, UNESCO, etc.) y, sobre todo, se firmó el concordato con la Santa Sede en 1953, que regulaba las relaciones Iglesia-Estado, y el Acuerdo hispano-norteamericano, por el que EEUU utilizaría de forma conjunta una serie de bases militares a cambio de ayuda económica.

b) El nacional catolicismo en el poder.
El 18 de julio de 1945, Franco procedió a la formación de un nuevo gobierno. Las líneas
generales fueron las mismas que el cambio del 42, pérdida cualitativa y cuantitativa de la Falange, mantenimiento de los militares y gran avance de los católicos, pretendiendo el apoyo del Vaticano y reducir la hostilidad de las democracias occidentales.
En 1945 se promulgó la tercera ley fundamental; el Fuero de los Españoles en donde se pretendía emular las constituciones democráticas, lavándole la cara el régimen para conseguir la aceptación internacional, definiendo al franquismo como una democracia orgánica. Aunque se recogían una serie de derechos, no se articulaba un sistema que los garantizase y además se contemplaba la posibilidad de que el gobierno suspendiera temporalmente esos derechos.
La cuarta ley fundamental fue la Ley de Referéndum Nacional, de contenido plebiscitario.
La quinta fue una de las más importantes; la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado de 1947; España se definía como un Estado católico, social y representativo, declarándose constituido como Reino. La primera estrategia del Régimen para adquirir legitimidad había sido acentuar sus características católicas, la segunda sería hacer mayor uso del aspecto monárquico. Además se creaban el Consejo del Reino y el Consejo de Regencia. En esta ley, Franco quedaba como Jefe del Estado vitalicio y podía proponer a las Cortes su sucesor. Don Juan rechazó esta ley, pero en 1948
llegó con Franco al acuerdo de que Don Juan Carlos se educara en España.

c) La crisis de 1956 y el ascenso de los tecnócratas al poder.
A mediados de los años cincuenta, por un lado, la política autárquica había llevado a una difícil situación económica y por otra la política de los católicos presentaba síntomas de agotamiento, al mismo tiempo que aparecían diversos grupos dentro de la Iglesia católica.
El detonante político de los grandes cambios que se avecinaban fueron los sucesos de febrero de 1956 en donde hubo enfrentamientos callejeros entre estudiantes liberales y falangistas. Se culpó de la situación al ministro de educación Ruíz Giménez por su política aperturista, pero Franco al hacer remodelación del gobierno no sólo dejó fuera a éste, sino también al falangista Fernández Cuesta.
A finales de la década de los cincuenta la Iglesia no era la institución monolítica que apoya sin fisuras el régimen. Existía por un lado, un grupo de intelectuales católicos
liderados por Ruíz Giménez que reivindicaban apertura y libertad de expresión, otros
grupos iniciaron una línea obrerista y nacionalista que iba a formar parte de la oposición al régimen.
Desde 1956, la Iglesia no se mostró capaz de inspirar una única política. Los tecnócratas del Opus Dei, que accedieron de la mano de Carrero Blanco, eran sólo una
opción dentro de la Iglesia, facción que iba a tener el protagonismo político y económico hasta el final del franquismo. Las tres figuras claves fueron López Rodó, Alberto Ullastres y Navarro Rubio.

b) EVOLUCIÓN SOCIOECONÓMICA Y OPOSICIÓN AL RÉGIMEN.
1. La autarquía y las primeras medidas liberalizadoras.
La historia económica del período franquista (1939-1975) se caracteriza por un hecho
evidente: la profunda transformación que experimentó la estructura productiva de la economía española.
En esta evolución económica el año clave corresponde a 1959. Hasta entonces la
economía española se caracterizaba por el estancamiento inicial y el predominio de las actividades agrarias. Los primeros intentos liberalizadores llevarían al Plan de Estabilización de 1959 y desde entonces la economía española comienza un proceso de expansión que conoce durante los años sesenta su máximo apogeo.
Las contradicciones internas de este crecimiento y la crisis de finales de 1973 desintegran esta política desarrollista y los dos últimos años del régimen son de incertidumbre, tanto en la economía como en la política.
a) Autarquía, estancamiento y racionamiento (1939-1951).
La autarquía económica de España hasta 1945 estuvo motivada por la coyuntura creada por la II Guerra Mundial, y a partir de 1946 por el "cerco internacional" a España, por lo que se plantearon serios problemas de abastecimiento, que dieron lugar a la aparición de las cartillas de racionamiento, por un lado, y del mercado negro (estraperlo), por otro, que perduraron hasta 1951.
La política económica en esta etapa del franquismo, tendente a la autosuficiencia
económica en todos los órdenes, subordinó siempre la economía a la política antiliberal y anticomunista, y ensalzó los valores rurales y la agricultura frente a los valores urbanos y la industria. El proceso de ruralización consecuente y el estancamiento general de la economía, paralelo a un proceso inflacionista y a la irregularidad en las cosechas, definen como principal
objetivo en toda la década el evitar el hambre.
Política Agraria
Se centró en la recuperación de la producción. Se procedió a la devolución a sus antiguos propietarios de las tierras expropiadas durante la República y la guerra civil, y se inició una reforma "técnica" del campo español. Para ello se crearon los siguientes organismos:
-El Instituto Nacional de Colonización, que centró sus acciones en la puesta en regadío y el asentamiento de colonos (45.799 entre 1939 y 1962) en las tierras transformadas.
- El Patrimonio Forestal del Estado, para repoblación de los bosques.
- El Servicio Nacional de Concentración Parcelaria y Ordenación Rural, creado en 1952,
pretendía atacar el problema del minifundio y crear explotaciones más rentables.
- El Servicio Nacional del Trigo (S.N.T.) y la Comisaría de Abastecimientos y
Transportes (C.A.T.) eran los encargados de la comercialización de los productos agrarios.
Política Industrial
En los momentos iniciales se promulgaron dos leyes en 1939 de "protección y fomento de la industria nacional" y de "ordenación y difusión de la industria nacional", propias de una economía de guerra y que pretendían lograr el autoabastecimiento y el desarrollo de las industrias de armamento.
Para suplir la iniciativa privada, en septiembre de 1941 se creaba el Instituto Nacional de Industria (I.N.I.), en forma de holding estatal, cuya finalidad era potenciar la creación de industrias básicas (electricidad, carburantes, aluminio, textil, siderurgia, etc.).
Con este marco legal se pretendió industrializar el país en la década de los cuarenta,
objetivo imposible de alcanzar por la falta de materias primas y de equipamiento adecuado. Por otra parte, el sistema de importación de materias primas por contingentes, la escasa actividad del I.N.I. y la mayor protección a los precios agrarios nos hacen pensar que no hubo intentos serios de industrializar el país.
Por último, la autarquía y el intervencionismo produjeron tres efectos sobre la industria española:
- Se potenció la industria ligera frente a la básica, ya que la primera era sustitutiva de
importaciones. Con ello disminuyó la productividad media y la calidad de los productos.
- Se fortaleció la tendencia al monopolio, con lo que los grandes beneficiarios de esta
política económica fueron los grandes bancos y la burocracia estatal.
- El Estado fue uno de los grandes inversores de capital (40% de la inversión total),
procedente de un sistema fiscal regresivo, en el que los impuestos indirectos representaban un 60% del total, mientras los derivados de la renta personal sólo el 1,8% (el resto correspondía a los
impuestos sobre rentas del trabajo).
b) Los inicios de la liberalización (1951-1956)
La marginación de España del Plan Marshall (1948-52), que permitió la reconstrucción de la Europa de posguerra, impidió a nuestro país acceder a créditos que hubieran facilitado una pronta recuperación económica. En 1951, la situación generada por la política de autarquía había llevado a movimientos huelguísticos en Barcelona, Madrid y Asturias. En el marco de las relaciones internacionales, el recrudecimiento de la "guerra fría" y el estallido de la guerra de Corea, explican el cambio de actitud de EE.UU. con respecto al régimen de Franco,
"anticomunista de siempre".
En estas circunstancias, EE.UU. concedió un crédito a España destinado a la compra de
productos agrícolas, materias primas y equipo industrial. Otros créditos se sucedieron con anterioridad a la firma de unos pactos de ayuda mutua, plasmados en los tres acuerdos (ayuda militar, económica y técnica) del 26-IX-1953, que permitían el establecimiento de cuatro bases militares norteamericanas en suelo español.
La asistencia americana fue poco significativa en el equipamiento industrial necesario para el desarrollo económico, pues la ayuda recibida desde 1953 correspondía a productos excedentarios de EE.UU. (algodón, aceite de soja, leche, etc.) y no resolvieron los problemas de escasez y carestía alimentaria, aunque los suavizó y permitió la eliminación del racionamiento, la desaparición del mercado negro y la estabilidad de precios hasta 1956.
Este hecho fue paralelo a la apertura hacia el exterior del régimen (ingreso en la O.N.U. en 1955) y a la resurrección del mercado libre, rebajando progresivamente el intervencionismo estatal y el proteccionismo para conectar con el liberalismo capitalista, ideología económica subyacente en la Europa del momento que llevará a la creación del Mercado Común Europeo en 1957.
A pesar de los efectos positivos -entre otros, el rápido crecimiento industrial, con tasas
superiores a muchos países europeos-, la inflación desde 1955-1956 y el déficit en la balanza de pagos tuvieron efectos negativos sobre el comercio exterior y la reserva de divisas.
2. El plan de estabilización (1957-1959)
Las dificultades que, a partir de 1956, se fueron acumulando en el campo de la economía provocaron una radical modificación en la política económica del régimen franquista. La situación era tan crítica que, por ejemplo, en 1959 España se podía haber quedado sin petróleo por falta de dinero público para pagarlo.
Franco había formado, en 1957, un nuevo Gobierno en el cual dos personalidades
destacadas del grupo tecnócrata –técnicos ligados al Opus Dei- ocuparon dos carteras básicas del área económica. Éstas fueron la de Comercio, desempeñada por Alberto Ullastres, y la de Hacienda, que lo fue por Mariano Navarro Rubio. A lo largo de la década de los 60 serán siempre políticos de esta tendencia tecnócrata los que dirigirán la política económica en España.
Los nuevos ministros, Ullastres y Navarro Rubio, elaboraron un Plan de Estabilización
Económica, que consideraban imprescindible para asentar sobre una base sólida el proceso de crecimiento económico que se quería iniciar. El Plan de Estabilización no gustó demasiado a algunos de los ministros del nuevo Gobierno. Por su parte, ni Franco ni Carrero Blanco lo acogieron con demasiado entusiasmo. Pero, puesto que no se perfilaba otra alternativa con credibilidad, el Plan de Estabilización recibió la aprobación del Gobierno mediante un decreto fechado el 21 de julio de 1959.
Mediante este decreto se impusieron una serie de medidas básicas para orientar la
economía del país. Citaremos sólo algunas de las más significativas:
1. Reducción del gasto excesivo del Estado y del de los particulares. Esto implicó
restricciones en la concesión de créditos y congelación de los salarios.
2. Desaparición progresiva de los controles del Gobierno sobre las actividades
económicas.
3. Apertura de la economía española a los mercados exteriores aumentando las
facilidades para la realización de importaciones. La finalidad última de esta operación de política económica era poner en contacto la economía española con la internacional. Esto se hacía en un momento en que ésta se encontraba en una etapa de fuerte crecimiento.
Por otra parte, poco después de la publicación del decreto citado, el Gobierno dio muchas facilidades a las empresas extranjeras que quisieran instalarse en España. Con ello se eliminaban buena parte de los obstáculos que, en este terreno, se habían creado a lo largo de la etapa autárquica.
Para realizar esta transformación económica, España pudo contar con la concesión de
importantes créditos internacionales.
En resumen, este Plan de Estabilización fue calificado como "la operación económica de más alcance realizada por el Estado en el período 1939-1959", fue una "operación singular y laudable de política económica". Sus efectos fueron inmediatos y positivos: reducción de la demanda interna y de la inflación, estabilidad de los precios. Pero a cambio se produjo una restricción de la actividad económica y un notable incremento del paro, que tendrá como válvula de escape la emigración de españoles a la Europa en desarrollo.

LA OPOSICIÓN AL RÉGIMEN.

Existe, pero dividida (ilegal o tolerada) y dispersa (en el interior o en el extranjero: Francia, Méjico, URSS,…). En general, no constituyó una amenaza importante al Régimen.

La Oposición Ilegal.
En ella cabe distinguir:
- Exiliados republicanos y de izquierdas. Establecieron el Gobierno de la República en el exilio, en Méjico, 1945, con Martínez Barrio como Presidente y Giral como Jefe de Gobierno. Pronto surgieron divergencias y de ellas dos posturas: Negrín (próximo a los comunistas, opción legitimista) y Prieto (socialdemócrata, opción posibilista). Disensión, con lo que las esperanzas de recuperar el poder se harán cada vez más pequeñas.
- En el interior de España aparecían: la Junta Española de Liberación, iniciativa de republicanos catalanes, que surge como contraposición a la alternativa monárquica, y, la llamada Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas (ANFD), formada en torno a 1943, que insistía mucho más en la celebración de elecciones libres que en el restablecimiento de las instituciones de 1931.
- Nacionalistas, con presencia en Cataluña y el País Vasco. Tendencia a la radicalización: desde Londres, IRUJO creaba el Consejo Nacional de Euskadi o AGUIRRE, desde EEUU, defendía la autodeterminación; en Cataluña, se creaba un Consell Nacional en el exterior y de un Front Nacional en el interior. En 1944, resucita la fórmula “GALEUCA”, agrupación que con las sílabas de las nacionalidades históricas había unido a los jóvenes nacionalistas más radicales en los años veinte.
- Guerrillas del “Maquis”, con apoyo comunista y anarquista, cuya actividad, aunque decreciente, llega hasta la década de los 50.

La Oposición Tolerada.
* Monárquicos, colaboradores durante el Alzamiento y convertidos luego en disidentes (tras la Guerra Mundial). Representados por la opción de Don Juan para una posible restauración democrática: Manifiesto de Lausanne, marzo de 1945.
- 1945/46: aislamiento internacional del Régimen, Don Juan se traslada a Estoril (Portugal).
- 1948: “Pacto de San Juan de Luz” con los socialistas. Alternativa al régimen franquista, pero la coyuntura internacional conduce a la Guerra Fría, lo que favorece la posición de Franco; la monarquía adopta una postura ambivalente, negociando la educación de Don Juan Carlos en España.

viernes, 1 de abril de 2011

Anexo al tema 9. Castilla-La Mancha durante la Guerra Civil.

La mayor parte de nuestra comunidad permaneció fiel al gobierno de la República. Sólo hay que destacar algunos episodios iniciales de sublevación en guarniciones militares de Toledo, Albacete y Guadalajara, que únicamente triunfaron en la primera, donde el general Moscardó, al mando de un grupo de soldados, se hizo fuerte en el Alcázar, que fue liberado por las tropas rebeldes en septiembre de 1936.
Sin embargo, la proximidad de nuestra región a la capital de España hizo que se produjeran dos episodios bélicos destacados: la batalla del Tajo, que tuvo lugar en el valle del río, desde la ciudad de Talavera hacia Toledo, con el fin de conquistar Madrid. Las tropas nacionales, al mando del general Varela, arrebataron a los republicanos ambas ciudades, permaneciendo en poder del gobierno legítimo el resto de la provincia de Toledo. En marzo de 1937 tuvo lugar en tierras de La Alcarria la batalla de Guadalajara, que fue ganada por las tropas republicanas.
Albacete cobró gran protagonismo, al convertirse en la sede del cuartel general de las Brigadas Internacionales, formadas por voluntarios de todo el mundo que acudieron en socorro de la república.

Temas 8 y 9. LA II REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL.


Tema 8. LA SEGUNDA REPÚBLICA.


La descomposición del sistema canovista era un hecho desde la crisis de 1917, de manera que el consentimiento de la Dictadura Militar de Primo de Rivera (1923-30), significaba: por una parte, la incapacidad del régimen de 1876 para solucionar los problemas de España; por otra, que el fracaso de la dictadura supondría también el del propio régimen monárquico.

LA CONSPIRACIÓN REPUBLICANA.
Desde finales del siglo XIX el rasgo característico del republicanismo español había sido su división y, en consecuencia, su falta de actuación política. La instauración de la Dictadura, 1923, hasta la dimisión de Primo de Rivera, el 28 de enero de 1930, apenas supuso cambios en este sentido. El Rey, había encargado la formación de un nuevo gobierno al general Dámaso Berenguer, quien proponía un programa de retorno al constitucionalismo de 1876 al tiempo que una política más relajada en materia de libertades conocida bajo el nombre de Dictablanda, que permitía entre otras cosas la reorganización de los partidos republicanos y el consentimiento de la actuación de los obreros. Bajo este clima se produjo la formación de un corpus de oposición al régimen. Llegaba, por tanto, la hora de ser más ambicioso, lo que tendría su concreción en el Pacto de San Sebastián (17 de agosto de 1930). Unidos por el común deseo de acabar con la monarquía se forjaba mediante un pacto no escrito el Comité Republicano, cuyo objetivo era promover una acción conjunta para instaurar la república. Todo ello, junto a una situación política cada vez más insostenible –reflejada en el inmovilismo del gobierno y en el creciente clima de agitación en la calle...- convenció a los miembros del Comité a preparar un golpe definitivo al régimen monárquico antes de final de año. Sin embargo, la vía revolucionaria como medio para la implantación de la república fracasó (fusilamiento de Galán y García Hernández). Hasta el mes de febrero continuaron los arrestos de políticos, intelectuales y sindicalistas. Paulatinamente aumentan las simpatías hacia los republicanos, que propugnan la abstención en las elecciones convocadas por el gobierno para ese mismo mes. En estas circunstancias, el día 9 de febrero de 1931 dimite Berenguer y Alfonso XIII, en un intento por salvar el régimen, encarga la formación de nuevo gobierno al crítico Sánchez Guerra, y tras é, all almirante Aznar. En realidad, se trataba de mantener el orden público para poder llevar a cabo la convocatoria de unas anunciadas elecciones municipales, 12 de abril, que arrojaron una importante victoria de las candidaturas republicanas en las capitales de provincia, donde lograron vencer en 41 de las 50 capitales. Aunque los monárquicos vencieron en el campo y lograron un número mayor de concejales, el resultado final del proceso no ofrecía dudas: la oposición había arrasado en la España urbana. En la noche del 14 de abril, Alfonso XIII abandonaba el país. Al mismo tiempo, el general Sanjurjo, director general de la guardia civil, se ponía a las órdenes del gobierno provisional republicano formado horas antes bajo la presidencia de Alcalá Zamora. La II República era proclamada de forma pacífica.

CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS DEL ADVENIMIENTO DE LA REPÚBLICA.
La llegada del nuevo régimen se produjo en un país caracterizado por su estancamiento respecto a la mayoría del mundo occidental, a lo que se añadía los fuertes desequilibrios entre las zonas industrializadas y las agrarias (centro-periferia). Esta situación se traducía en una variada trama social con opiniones encontradas sobre la República. Será apoyada por las clases medias y, los campesinos y proletarios, quienes, sin embargo, irán desconfiando del régimen ante la lentitud y suavidad de las reformas emprendidas. Se opondrán a ella la alta burguesía y la nobleza, que habían constituido la oligarquía durante la Restauración; pasado el desconcierto inicial, formarán sus propios partidos e intentarán acceder al poder por la vía parlamentaria. A su lado estará la Iglesia institucional. Estos grupos sociales terminarán por organizarse en fuerzas políticas, improvisadas muchas de ellas por la rápida proclamación de la República (sólo dos, el partido Radical y el PSOE, procedían del periodo anterior), que abarcaban todo el espectro político, desde el PARTIDO AGRARIO, pasando por la ACCIÓN POPULAR, los PROGRESISTAS, RADICALES, REPUBLICANOS, SOCIALISTAS hasta la EXTREMA IZQUIERDA (PCE y el POUM,). Al margen se sitúan los PARTIDOS NACIONALISTAS: la Lliga y Ezquerra Republicana en Cataluña, el PNV en Euskadi y los galleguistas de Casares Quiroga. Desde el punto de vista internacional, la llegada de la Republica coincidió con dos hechos de enorme importancia en la evolución posterior del sistema. Por una parte, las consecuencias derivadas de la crisis económica de 1929; por otra, las repercusiones de la situación política internacional, la influencia de los fascismos en grupos políticos como Falange Española o la radicalización de los partidos de izquierda hacia los Frentes Populares.

ETAPAS DEL PERIODO REPUBLICANO.

EL GOBIERNO PROVISIONAL Y LAS CORTES CONSTITUYENTES. El 14 de abril de 1931 se constituye el Gobierno Provisional bajo la presidencia de Alcalá Zamora y con la presencia de todas las tendencias presentes en San Sebastián. El propósito de este primer gobierno era llevar a cabo un programa de modernización del país bajo presupuestos liberales y progresistas que habría de concretarse en el Estatuto de Funcionamiento, de 15 de abril. Sus primeras medidas estaban encaminadas a establecer las bases legales del régimen. Así, se garantizó la propiedad privada, se regularon convenios laborales y salariales, se implantó la jornada laboral de 8 horas en el sector agrario, y se legislaron varios decretos liberalizadores: el de términos municipales; jurados mixtos; el de congelación de arrendamientos; y, el de cultivos forzosos. A pesar de estas medidas liberalizadoras, no tardaron en sucederse las huelgas y manifestaciones de protesta (julio, huelga general en Sevilla; agosto, huelga de la minería asturiana y la metalurgia barcelonesa...)a las que se sumarán tres graves problemas: el contencioso creado en Cataluña tras la proclamación de la República Catalana independiente por Francesc Maciá; asegurar la fidelidad del ejército; y, cerrar la crisis abierta por el arzobispo de Toledo, cardenal Segura Saez, con la Iglesia española, que derivó en una ola de violento anticleriscalismo que se concreta en la quema de imágenes y templos entre los días 11y 12 de mayo, en ciudades como Madrid, Sevilla, Málaga, Murcia o Valencia. Mientras esto sucedía, el Gobierno Provisional continuaba con los preparativos de las anunciadas elecciones a Cortes Constituyentes que se celebrarían el 28 de junio. Los resultados finales dieron el triunfo a la coalición de izquierdas gubernamental (265 diputados, frente a los 219 de las derechas). En el seno de las Cortes Constituyentes se perfilaba una mayoría parlamentaria de orientación izquierdista que se vería reflejada en la nueva constitución, donde el aspecto más polémico resultó ser la cuestión religiosa. Particularmente tres fueron los artículos más polémicos: la declaración de laicidad del Estado (art. 3), el proyecto de disolución de las ordenes religiosas y la nacionalización de sus bienes (art. 24, en el texto final art. 26)) y la declaración de la libertad de credo (art. 25). Crisis de gobierno que acabó con la dimisión del propio Presidente y del ministro de la Gobernación, Miguel Maura. Julián Besteiro, Presidente de las Cortes, encargó la formación de un nuevo gobierno a Manuel Azaña, de talante marcadamente progresista, y consiguió aprobar el nuevo texto constitucional el 9 de diciembre de 1931.

EL BIENIO PROGRESISTA O REFORMISTA (SOCIAL-AZAÑISTA, DIC. 1931/NOV. 1933). El nuevo gobierno presidido por Azaña –que conservaba la cartera de Guerra- quedaba constituido el 16 de diciembre de 1931 y elegía al conservador Alcalá Zamora como Presidente de la República. Entre las prioridades del gabinete destacaban los siguientes asuntos: completar la reforma del ejército, satisfacer las demandas autonomistas, llevar a cabo la reforma agraria y solucionar las cuestiones religiosas y educativas. Las reformas del ejército tendieron a su modernización y a favorecer su vinculación al régimen republicano. Para conseguirlo se adoptaron las siguientes medidas: se suprimieron las capitanías generales, se redujeron los mandos y se anularon los ascensos por méritos de guerra, se creó un cuerpo de suboficiales profesionales, se reestructuró la intendencia, aumentaron los presupuestos de la Marina y la Aviación, se establecieron los Centros de Instrucción de Reclutas (CIR), se organizó un cuerpo jurídico del Ejército formado por letrados civiles y se creó la guardia de asalto como policía del sistema. Las reformas autonómicas desembocaron en la aprobación del Estatuto de Cataluña, el 15 de septiembre de 1932 y se inician también las discusiones para la elaboración de los estatutos de Euskadi y Galicia. Acometer la reforma agraria será labor de una comisión de expertos: Felipe Sánchez Román, Antonio Flores de Lemus y Pascual Carrión, encargados de elaborar un proyecto técnicamente aplicable que sería aprobado por las Cortes. El 15 de septiembre de 1932 se promulga la Ley de Bases de la Reforma Agraria, cuyos principales objetivos eran: acabar con los latifundios y el absentismo rural, y dotar a la tierra de una función social proporcionando a los campesinos la posibilidad de remediar su secular situación. Para aplicar la Ley se creaba el Instituto de Reforma Agraria, cuyas principales medidas fueron: la distribución de tierras, la defensa de los derechos laborales de los jornaleros y la protección de los arrendatarios. Pero la Ley no satisfizo las esperanzas campesinas. Finalmente se procedió a afrontar reformas de tipo religioso y educativo. Las primeras, tendentes a manifestar el laicismo constitucional se concretan en la Ley de Congregaciones de 1933. Las segundas, bajo el ministerio de Marcelino Domingo, para secularizar la docencia, potenciar la enseñanza primaria y secundaria, y favorecer la investigación. Sin embargo, la República marchaba hacia la derecha. El primer intento de inclinación vino de forma violenta, adoptando la forma tradicional de pronunciamiento, cuya cabeza visible fue el general Sanjurjo. En Sevilla, Sanjurjo se pronunció a favor de una república moderada al grito de “Viva la España indivisible”. Los obreros declararon una huelga general y los oficiales vacilaron. Sanjurjo sería detenido en su marcha a Portugal. El fracaso de Sanjurjo reforzó la posición del Gobierno y el entusiasmo republicano. Sin embargo, fue un resurgimiento puntual. Todos los indicios apuntaban a un desplazamiento a la derecha a lo largo de 1933. Dos partidos se beneficiarían de esta reacción conservadora: los radicales de Lerroux y el nuevo partido católico de Gil Robles, Acción Popular. Pero el peligro no sólo procedía de las derechas, ya que la República tuvo que afrontar una serie de huelgas y estallidos revolucionarios continuos, desde sus primeros días hasta las elecciones de 1933. En el olvidado campo, donde la CNT y la UGT estaban penetrando de manera efectiva, tuvieron lugar los 2 enfrentamientos más sangrientos en la aldea de Castilblanco y en Casas Viejas. Las consecuencias, a largo plazo, fue el derribo del gobierno de Azaña, septiembre de 1933.

EL BIENIO CONSERVADOR O RESTAURADOR (NOV. 1933/FEB. 1936). En este estado de cosas, Alcalá Zamora disuelve las Cortes y convoca elecciones para el 19 de noviembre de 1933, que arrojaron el triunfo de los partidos de derechas: la CEDA de José María Gil Robles y el Partido Radical de Lerroux, que sería el encargado de formar gobierno el 18 de diciembre de 1933. El gobierno de Lerroux pronto confirmó el giro hacia la derecha del líder radical, que se manifestó en medidas que rectificaban las emprendidas en el bienio anterior: paralización de la reforma agraria, suspensión de la Ley de Congregaciones, restitución de haberes y enseñanza eclesiástica, amnistía para los implicados en el golpe de estado del 32, incremento de la represión en el medio rural, freno a los procesos de autonomía, creación de una segunda cámara parlamentaria (el Senado), etc. Como consecuencia, mejoraron las relaciones con la Iglesia, pero se acentuaron las tensiones con el movimiento obrero, los campesinos y los autonomistas. En este contexto se suceden una serie de crisis: la primera, en abril de 1934, tras las objeciones de Alcalá Zamora y algunos parlamentarios radicales a la Ley de Amnistía, y que acaba con la dimisión de Lerroux, quien es sustituido por su correligionario Samper; la segunda tiene lugar el 1 de octubre de 1934. Gil Robles retira su apoyo parlamentario de Samper que se ve obligado a dimitir, 4 de octubre. El nuevo consejo de ministros vuelve a estar presidido por Lerroux, pero incorpora a tres ministros de la CEDA. La respuesta a la formación del nuevo gobierno es contundente. UGT convoca una huelga general revolucionaria el día 5 de octubre, ante la cual el ejecutivo proclama el estado de guerra, que tendrá mayor virulencia en Madrid, Santander, Cataluña o Asturias. Tras sofocar los movimientos revolucionarios se acentúa la bipolarización política en el país, entre el Bloque Nacional de José Calvo Sotelo y el Frente Popular de Largo Caballero. Además, una serie de escándalos terminaron por hundir al partido radical y acabaron con la alianza: · El caso straperlo, surgía de las denuncias realizadas por David Strauss contra importantes líderes del Partido Radical, acusados de haber aceptado sobornos para introducir en España un juego fraudulento (una especie de ruleta trucada llamada straperlo, nombre derivado de Strauss y Perel, su socio). · El affaire Nombela afectaba también al comportamiento irregular de varios políticos radicales. Antonio Nombela, ex director general de Colonias, denunció intentos de malversación de fondos en las partidas para el abastecimiento del ejército en África. Aunque Lerroux fue exculpado en ambos casos, el partido radical quedó totalmente liquidado. El 9 de diciembre se produjo una crisis total. Para evitar una ruptura revolucionaria Alcalá Zamora renunciará a la formación de un gobierno de la CEDA, como proponía Gil Robles, disolverá las Cortes y entregará el poder a un neutral, Portela Valladares, el 14 de diciembre, con la intención de convocar nuevas elecciones que serían efectivas el 16 de febrero de 1936.

EL FRENTE POPULAR. Triunfaron las fuerzas republicanas de izquierda, Frente Popular (PSOE, PCE, UGT, Acción Republicana de Azaña y Martínez Barrios, ORGA, y la izquierda catalana): de un total de 473 diputados, la derecha (44%) y el centro (7%) obtenían 210 escaños, mientras la izquierda (49%) lograba 263. Sin preámbulos, el ejecutivo asumió las primeras medidas: amnistía para los encausados por los sucesos de octubre del 34, relanzamiento de la reforma agraria, puesta en vigor de los estatutos de autonomía y traslado de prestigiosos militares (Franco a Canarias y Goded a Mallorca). A pesar de estas medidas, la violencia se había apoderado de las calles: enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, lucha entre bandas callejeras de distinta ideología, ocupación de fincas, etc. Al objeto de reafirmar la nueva circunstancia política y coincidiendo con la apertura de las sesiones de Cortes, el 4 de abril, se tramita el expediente de destitución de Alcalá Zamora al frente de la Presidencia de la República, cargo que recaerá en Manuel Azaña desde el 10 de mayo. Fue elegido presidente de gobierno Santiago Casares Quiroga, de la ORGA, quien el 19 de mayo presentaba al nuevo gabinete. Desde entonces se acrecientan los rumores sobre una revolución social o un golpe militar. El segundo se estaba gestando en torno a la Unión Militar Española, que aglutinaba a un sector del ejército descontento con la política azañista y del que participaban también personalidades civiles opuestas a la República y grupos monárquicos.
Tema 9:LA GUERRA CIVIL.


CAUSAS DE LA GUERRA CIVIL.
La Guerra Civil es uno de los temas centrales de la historia contemporánea de España y sus causas hay que buscarlas en su propio devenir histórico. Se pueden resumir del siguiente modo:
· Estructurales. Debido a la falta de renovación en las estructuras del Estado (fracaso del proceso modernizador, escasa industrialización, tradicionalismo político), a la incomprensión secular entre las distintas clases sociales y a las enormes desigualdades económicas y territoriales.
· Coyunturales. Por la resistencia política y social para concretar los cambios que demandaba la sociedad española. Y
· Puntuales. Favorecidas por el deterioro del orden público; con atentados a líderes políticos y militares de ambos bandos, asalto y quema de templos, heridos en choques armados, huelgas generales o parciales, destrucción de locales de periódicos o partidos políticos, colocación de bombas en domicilios particulares, etc. El asesinato de Calvo Sotelo, líder del Bloque Nacional, el 13 de julio, en represalia por el del teniente de asalto José Castillo un día antes serviría del pretexto al golpe militar y al inicio de la Guerra Civil.

LA SUBLEVACIÓN MILITAR.
El golpe de Estado fue fundamentalmente una iniciativa militar en la que apenas participaron civiles. El alzamiento militar tuvo lugar en la mañana del 17 de julio de 1937 entre las tropas del ejército de África con sede en Melilla, donde el general Franco se pone al frente de los sublevados. Un día después se generaliza por toda España, triunfando en el Protectorado de Marruecos, en Navarra, en Sevilla, en Galicia, en Castilla, en Mallorca, en parte de Extremadura, y en ciudades como Zaragoza, Vitoria u Oviedo. Madrid, la cuenca mediterránea, la cornisa cantábrica, y grandes zonas de Castilla-La Mancha y Andalucía permanecieron leales al gobierno republicano. El día 19 de julio dimite Casares y Azaña encarga la formación de gobierno a Diego Martínez Barrios, presidente de las cortes, propiciando un giro hacia la derecha que posibilitara una negociación con los sublevados. La negativa de Mola supuso la dimisión de Barrios y el traslado del encargo a José Giral, político de izquierdas, que decreta la entrega de las armas a las milicias obreras formadas por partidos y sindicatos. Todo apuntaba a una guerra larga: los insurrectos habían fracasado en su plan de dominar Madrid, y el potencial militar estaba equilibrado.

EL DESARROLLO DE LA GUERRA.
Durante los casi tres años de conflicto (julio de 1936 a abril de 1939), las operaciones militares más importantes se pueden agrupar en cinco fases:
1ª) El paso del estrecho de Gibraltar por el ejército de África (julio-diciembre del 36). Fue decisivo para los sublevados al comienzo de la guerra, pues suponía la unión con los núcleos nacionales andaluces y permitía el avance por Extremadura para enlazar con los ejércitos del norte. Tras conseguirlo se emprende la marcha hacia el gran objetivo: Madrid.
2ª) La batalla de Madrid, diciembre-marzo del 37: Ciudad Universitaria (desde el 17 de nov.); carretera de La Coruña (desde el 30 de noviembre/15 de enero); del Jarama (febrero del 37) y Guadalajara (marzo del 37). Supone un fracaso para las tropas sublevadas al encontrar una resistencia popular inesperada. Franco dirige entonces la ofensiva hacia el norte.
3ª) La campaña del norte (primavera-verano del 37). Aislada del resto de territorios republicanos tras la toma de Irún y San Sebastián en septiembre del 36, la zona oeste republicana fue ocupada sin demasiada dificultad desde el Este: Bilbao (19 de junio), Santander (26 de agosto), Asturias (1 de septiembre/21 de octubre), sin que pudieran evitarlo algunos ataques republicanos de distracción como los llevados a cabo en Brunete (Madrid, 18 de julio) y Belchite (Aragón, 3 de septiembre).
4ª) La campaña de Aragón (diciembre del 37-noviembre del 38). Tras una ofensiva republicana sobre Teruel en diciembre del 37 (hasta febrero), tras la toma de Lérida (3 de abril), el avance nacional hacia el Este logró alcanzar el Mediterráneo a la altura de Vinaroz (Castellón, 15 de abril) y partir en dos el territorio republicano. Una nueva ofensiva del ejército gubernamental en el Ebro (julio-noviembre del 38) retrasó la presión de los sublevados sobre Cataluña; pero la victoria de éstos en la batalla del Ebro significó un hecho decisivo para el desenlace definitivo de la guerra.
5ª) Ocupación de Cataluña y fin de la guerra, diciembre del 38-abril del 39. Con la ocupación sin dificultades de Cataluña (Tarragona, 15 de enero; Barcelona, 26 de enero; Girona, 4 de febrero) y, por último, de la zona levantina y central (Ciudad Real, Albacete, Murcia, Alicante y Valencia) se puso fin al conflicto. El 28 de marzo de 1939 las tropas nacionales entran en Madrid y el 1 de abril Franco escribía el último parte de guerra.

EVOLUCIÓN POLÍTICA ESPAÑOLA EN EL TRASCURSO DE LA GUERRA. Tras el golpe militar España quedó desmembrada en dos zonas radicalmente opuestas: republicana y nacional, que evolucionaron a lo largo del conflicto de forma muy diferente.

La zona republicana.

La revolución fue la réplica inmediata a la sublevación en la zona republicana. A partir de ella fue evidente la existencia de un doble poder: el de los Comités Populares y el del gobierno Giral, que se limita a adoptar una política de hechos consumados. El 4 de septiembre de 1936 queda constituido un nuevo gobierno presidido por Largo Caballero, líder sindical de la UGT, con el objeto de reconstruir el Estado y centrar sus esfuerzos en la guerra. La caída de Málaga en febrero de 1937 y las disensiones entre comunistas y anarquistas en Cataluña terminarán con el gobierno de Largo en mayo, tras la retirada del apoyo de socialistas y comunistas. Le sucede en la presidencia de gobierno Juan Negrín. Tres aspectos destacan de su gobierno: el intento por fortalecer el Estado, la conformación de un ejército único cada vez más profesionalizado y el alineamiento político con Francia e Inglaterra. El progresivo acercamiento de Negrín al PCE y a las posturas soviéticas se tradujo en una nueva crisis ministerial. En abril de 1938, Prieto abandona el gobierno; en agosto lo hacen los ministros nacionalistas. Negrín se mantuvo en el gobierno hasta el 5 de marzo de 1939, fecha del golpe de Estado del general Casado en Madrid, quien constituyó el Consejo Nacional de Defensa con el único objetivo de pactar la rendición con Franco. Unos días antes, el 4 de febrero, el Presidente de la República Manuel Azaña huía a Francia. Poco después las tropas nacionales ocupaban Cataluña. Y Francia e Inglaterra reconocían al gobierno de Franco.

La zona nacional.

Configuración de una estructura de gobierno en la zona sublevada a través de un proceso sucesivo: 1º. Se constituyó una Junta de Defensa presidida por el general Cabanellas con sede en Burgos. 2º. Se unificaron las milicias bajo un solo partido, el Movimiento (FE Tradicionalista de las JONS), del que sería jefe supremo el jefe de gobierno, en abril de 1937. 3º. El mando político y militar se concentró en el general Franco, designado jefe de gobierno y generalísimo de los ejércitos, en septiembre de 1937. Simultáneamente al proceso de institucionalización y, en especial, desde 1938 se lleva a cabo una intensa política legislativa y organizativa, que pasa por: la derogación de la legislación laica de la República, el restablecimiento de los jesuitas y la publicación de una Ley de Prensa. Asimismo se llevaron a cabo medidas de tipo socioeconómico, denominadas “revolución nacional-socialista”: promulgación del Fuero del Trabajo y creación del Instituto Nacional de Reforma Económica y Social de la Tierra, encargado de revisar las expropiaciones de la Reforma Agraria y fomentar la colonización como medio para resolver los problemas del campo.

LA INTERVENCIÓN EXTRANJERA.
Ante la gravedad que va adquiriendo la situación española, las potencias europeas firman un pacto de no intervención (julio-agosto de 1936) que no se cumplirá en la práctica. Los dos bandos contarán con ayudas exteriores difícilmente cuantificables: - Los sublevados, recibirán la ayuda de Alemania, canalizada a través de la HISMA, Compañía Hispano-Marroquí de Transporte: armamento, entorpecimiento de la flota republicana y contingente aéreo (Legión Condor); de Italia, a través de la SAFNI, Sociedad Anónima Financiera Nacional Italiana: unidades de tropa, más numerosas pero menos efectivas que las alemanas; y Portugal: su frontera servirá de paso para los suministros nacionales; en menor número envió tropas voluntarias. - El bando republicano, de la Unión Soviética: aviones artillería y asesores militares; y de las Brigadas Internacionales: alrededor de 50.000 (según las fuentes), combatientes de diversa procedencia y con sede central en Albacete.

LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA CIVIL.
El balance global de la guerra fue durísimo:
- Desde el punto de vista demográfico hubo más de 300.000 víctimas repartidas en ambos bandos, cerca de 200.000 represaliados y alrededor de 500.000 exiliados. La natalidad cayó en picado y aumento la mortalidad debido a la proliferación de enfermedades y a la desnutrición.
- Desde el punto de vista económico se produjo un colapso del que España tardaría décadas en recuperarse debido a la disminución de la población activa, a la utilización de las reservas de oro para financiar la guerra por parte de la República, a los elevados gastos militares de ambos ejércitos y a la altísima destrucción de infraestructuras: obras públicas, transportes, viviendas, etc. En 1940, la renta nacional había caído a los niveles de marzo de 1914 y la mano de obra había descendido en más de medio millón de personas.
- Desde el punto de vista político, la guerra supuso la desaparición de la República y la instauración de un régimen autoritario basado en el poder personal del general Franco.